📋 Artículo del DECE: la escuela en casa en tiempos de coronavirus 💻

La escuela en casa en tiempos de coronavirus


El cierre de las escuelas por todas partes en Bélgica y en Francia se acompaña de medidas tomadas por los gobiernos para que los aprendizajes escolares sean mantenidos. El hilo conductor dado a los profesores es: no aprendizajes de nuevas materias, sino un refuerzo de los ya adquiridos. Repentinamente, cientos de miles de profesores deben poner en marcha, rápidamente y sin haber tenido el tiempo de poder elaborar en equipo ese cambio, nuevas formas de enseñar a sus alumnos confinados en la casa. De pronto, millones de padres, se encuentran frente al deber de hacer escuela en casa, al mismo tiempo que deben responder a sus obligaciones laborales con el teletrabajo y ocuparse de los hijos más pequeños…

Hoy en día muchos se interrogan sobre la pertinencia de enviar decenas de ejercicios a distancia a los niños que no tienen necesariamente acceso a una computadora, al Internet. O quizás cuando cada uno, no tiene necesariamente el espacio para poder trabajar en calma o un padre disponible para responder a las preguntas y acompañarlos en sus trabajos…

Los profesores se preguntan cómo hacer para que en la fractura escolar, las desigualdades no se ahonden aún más, durante estas semanas lejos de la escuela

La “continuidad pedagógica” pone a la luz de manera flagrante y alarmante todas las desigualdades que atraviesa la enseñanza y contra las cuales nosotros luchamos cada día. Por lo tanto, mantener el lazo con nuestros alumnos implica proseguir la reflexión sobre las adaptaciones, las inclusiones (alumnos en situación de discapacidad, de las y los con un perfil particular, de los alófonos, de los alumnos de SEGPA, etc.), tomar en cuenta las necesidades de cada alumno. Pero lo que es puesto en evidencia es la exigencia de trabajo a proseguir, cueste lo que cueste… ¡Y esto nos cuesta mucho!

Estamos atrapados en un vértigo doloroso tomando conciencia que, por esta “continuidad pedagógica”, arriesgamos ratificar y reforzar las desigualdades, de violentar jóvenes y familias imponiendoles una cadencia de trabajo irresponsable.

En la situación excepcional en la que nos encontramos, ¿cuál es, en efecto, nuestro papel de profesor? ¿Cuál es el sentido de la educación y de la escuela?

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Hablar de “continuidad pedagógica”, es hablar de pedagogía: anudar, desanudar, reanudar… los alumnos y los saberes. Con las prioridades: conservar el contacto con todos, construir colectivo, formar hacia la autonomía, apoyarse sobre su punto de vista, hacer descubrir el placer de aprender, crear la solidaridad, acompañar los jóvenes – todos los jóvenes – las familias – todas las familias -, y no contentarse con poner a disposición el trabajo, sin pensar en la manera en la que el alumno recibió y percibió. Aprender es hacer cualquier cosa que no se sabe hacer. Los jóvenes tienen necesidad para esto de sentir seguridad, de sentirse apoyados por el grupo, por el profesor. No basta enviar los “contenidos” para que los aprendizajes se produzcan. 

Extraits d’une carte blanche signée par des centaines d’enseignants français sur cafepedagogique.net

En contrapartida de esas exigencias escolares, algunos piden, que en lugar de decenas de hojas de ejercicios, los niños sean alentados a observar, a descubrir, a vivir los saberes a través de experiencias como la cocina, la jardinería, la escritura de cartas a las personas que amamos…

“Por una parte la ausencia no va a borrar los saberes en construcción, de otra parte este estado de hecho va ciertamente a movilizar otras fuentes de interés pienso que hay en filigrana un redescubrimiento de ciertos fundamentos, como la capacidad a emprender algo nuevo luego de estar aburrido, a explorar un entorno conocido, pero abandonado en vista del tiempo consagrado a la presencia escolar. Resulta que para ciertos niños, ir a desenterrar lombrices en el fondo del jardín es tan beneficioso como aprender las tablas de multiplicar.” 

Opinion d’un enseignant à lire sur La Libre.

 

“La principal postura que nosotros sugerimos a los padres adoptar es proponer actividades a los niños que les inviten a pensar y reflexionar, ponerlos únicamente en la acción, no va a ser tan interesante. Detrás de las pistas aquí o más allá, de la diversidad el principio es dejar a los niños plantear preguntas, buscar, investigar, obtener respuestas a esas preguntas, poner en marcha, perseverar, y al final aprovechar el resultado. 

Article à lire sur les cahiers-pédagogiques.com

 

Traducido por: Marcela Parreño Córdova.
Responsable del DECE